Los Nueve Menceyes


En los umbrales de la conquista, hacia 1494, Tenerife se dividía en nueve demarcaciones territoriales, que se corresponden con las zonas de Anaga, Taoro, Tegueste, Tacoronte, Icode, Daute, Adeje, Abona y Güímar, si bien los más importantes parecen haber sido el menceyato de Güímar (ubicado en el valle de este mismo nombre) y el de Taoro (cuya demarcación se extendía por el actual Valle de La Orotava).

Las demarcaciones estaban representadas por el Mencey, autoridad máxima elegida por el consejo o tagoror. Este jefe se nombraba por un juramento solemne por el que se besaba un hueso que representaba a su linaje y, mediante invocación, quedaba legitimado. Además de representar a la comunidad, estaba obligado a proporcionar unas garantías que asegurasen su subsistencia. El tagoror estaba formado por el Mencey, algunos miembros de su familia y otros notables, y tenía la finalidad de asesorarle en el gobierno y aplicación de la justicia. Su lugar de reunión se ubicaba cerca de la morada del jefe, pues allí se encontraba la cabecera del menceyato. Este sería el tagoror principal, pues cada comunidad tenía el suyo propio, en el que resolvían los problemas.